smile

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Un día la vida me golpeó tan fuerte que me enseñó a resistir. Un día me mintieron de tal forma que me dolió y entonces aprendí a ir siempre de frente con la verdad. Un día me falló quien menos imaginaba y entendí que las palabras hay que cumplirlas y de los actos hay que hacerse cargo.
A veces es necesario dar vuelta a la página y empezar de cero, aunque cueste o duela.
El mejor guerrero no es aquel que triunfa siempre sino el que vuelve sin miedo a la batalla.

jueves, 10 de abril de 2014




Día 4



Le he llamado.

Menos mal que era él y no otra persona, porque me moriría de vergüenza. Ya sabreís la típica broma de dar un número de una pizzería o algo así para dejarte en ridículo.

No se describir exactamente como me siento ahora, no tengo palabras para explicarlo. Tampoco es que haya sido para tanto, calculando aproximadamente, hemos hablado unos 10 minutos mas o menos. Le he preguntado el motivo por el cual él me ha dado su número, pero solo se ha reído como para evitar mi pregunta. Me tiene muy intrigada toda esta situación, no puedo parar de pensar en lo que ha pasado, es todo muy extraño. Me pasé pensando casi toda la tarde, nuestra conversación no es que haya sido gran cosa, solamente nos saludamos y nos preguntamos cómo estábamos, también para guardar nuestros números en el móvil. También me dió su e-mail para hablar por el ordenador, ¿a caso vamos a hablar? y si fuese así, ¿de qué vamos a hablar? Nos acabamos de conocer, ¿qué se supone que pretende? Está perdiendo el tiempo conmigo, no soy como las demás chicas, que ceden tan fácilmente. Soy todo lo contrario a las chicas de mi instituto, que no espere demasiado de mí. Tampoco es que él me atraiga, es feo, bueno no, en verdad no es guapo, muy guapo, pero no me gusta, bueno no demasiado, no se yo… mmm, que se yo, estoy confundida. ¡¿Qué demonios te pasa Leah?!

Después de todo lo sucedido anteriormente, fuí al día siguiente al instituto. Mientras conducía me comí la cabeza con todo lo del fin de semana, solo me preguntaba, ¿qué pasaría hoy? ¿Y si no me habla ni me mira? ¿Si pasa de mi? Todavía no entendía mi reacción, ¿por qué me hacía todas esas preguntas a mi misma? Jamás me había importado que la gente pasara de mi y menos que un chico lo hiciese, estaba acostumbrada. Todo esto es una estupidez, me dije.

Llegué a mi aparcamiento habitual y me di cuenta de que el coche de Jorge estaba justo al lado…
-Genial- dije
No hay mas sitio para aparcar, él sabía que yo siempre aparco en el mismo sitio. Lo ha hecho a propósito, yo lo sé. Me está volviendo loca.
Aparqué y miré al asiento del conductor de su coche, por suerte él no estaba allí. ¡Qué alivio! Pensé para mis adentros. Así abrí la puerta y me bajé, llevando mi mochila conmigo. Cerré el coche lentamente, asegurándome de no dejarlo abierto. En verdad, si soy sincera, lo hice lentamente para no encontrarme a Jorge antes de las clases.

Miré mi reloj, para asegurarme de que llegaba justo a tiempo a clase, sin llegar unos minutos antes para evitar conversación alguna.  Justo sonó el timbre cuando entré por la puerta de la clase y seguido de mi entró el profesor. Menos mal, sentí un alivio muy grande. Localicé mi asiento y vi a Jorge mirándome. Antes de que él me viera, tenía un rostro preocupado, pero se le pasó cuando me vió. Al verme sonrío.
-Tranquila- respiré y me acerqué a mi mesa.
No pude evitar sonreír ante aquella felicidad en su cara.
-Hey Leah-
-Qué hay Jorge-lo dije intentando mostrar algo de entusiamo y seguridad. Alguien me dice, ¿por qué se me va a salir el corazón?
-Se te hizo un poco tarde hoy- la verdad es que solo intentaba evitarte
-Si, me he despistado de la hora- reímos los dos.
Empezaron las clases, el profesor comenzó a explicar, pero hoy no pude concentrarme para nada. Solo pensaba en Jorge y mis reacciones cuando estoy con él. ¿Por qué quiero evitarle? Es un chico muy majo ¿Por qué no dejo de pensar en él? No es que sea pesado ni nada, pero es una tontería, es igual que los demás. ¿Por qué sonrío cuando el sonríe? Tengo que admitir que tiene una sonrisa preciosa, como sus ojos, su forma de reír, él… ¡LEAH BASTA! Pero qué narices estoy diciendo.
-¡Leah!- levanté el rostro. Me asusté.- ¿Qué te pasa? Te veo despistada.
-Perdona Sr. Stan-
-Que no vuelva a pasar- moví la cabeza en forma de afirmación.

Todos me miraban, cómo no. Pero yo solo me fijé en Jorge, que me dio una palmadita en el hombro para que me tranquilizara. Al tocarme, casi se me sale el corazón. Ya entendí lo que pasaba.

Jorge me gustaba.

4 comentarios:

  1. EL AMOR querida Leah!! Eso es lo que pasa jajajajajaj Y mirar que atravesar la puerta justo cuando sonó el timbre, eso si que es clase, sí señor jajajaja Pues nani que quieres que te diga???? Fantástico como siempre y a ver si en el próximo día ya la mujer esta admite que le gusta Jorge jajajajaj
    Te quiero mucho naaaaaniiiiiii

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    1. Jajajajaj si nani, Leah es mu pesada. Es que lo tenía todo controlado ehh. Jajajajjaja si nani, a ver sii lo dice ya pesada esta.
      Yo maaaaaaaaaaaaaaaaas nani jejej

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  2. Muy bueno Nani, esperando mas jijii.
    Besitos

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