smile

smile

Un día la vida me golpeó tan fuerte que me enseñó a resistir. Un día me mintieron de tal forma que me dolió y entonces aprendí a ir siempre de frente con la verdad. Un día me falló quien menos imaginaba y entendí que las palabras hay que cumplirlas y de los actos hay que hacerse cargo.
A veces es necesario dar vuelta a la página y empezar de cero, aunque cueste o duela.
El mejor guerrero no es aquel que triunfa siempre sino el que vuelve sin miedo a la batalla.

jueves, 27 de marzo de 2014



Día 2

No sabeís el susto que me pegué anoche.
 
Mi madre apareció de repente en mi habitación, para decirme que me acostara de una vez. Entonces para decirme eso, asomó su cabeza por la puerta y en el momento que la ví, pegué un brinco. Menudo susto me pegó madre mía y no fue porque no me esperaba que se asomase por mi habitación.

Mi susto fue debido a sus pelos engrifados. Le salían, uno de cada extremo de la cabeza, como si fueran dos pinchos. Eso era lo menos terrorífico, comparando el resto, ya que en ese momento su pelo estaba mucho mas rizado de lo normal, parecía una bola de pelusa. Pero te diré que eso no fue lo que más me asustó, aunque parezca mentira. Su cara fue lo que más miedo me dio, ya que tenía un tipo de mascarilla para la cara de color verde moco; según ella dice que la hace más joven, pero mi madre se cree todo lo que echan en las teletiendas. Bueno, dejemos esta última parte. A parte de su mascarilla tan horrible que llevaba por toda la cara, tenía dos rodajas de pepinos pegadas al pijama, ¿qué narices hacía las rodajas en el pijama? No es que me suela arreglar como dije anteriormente, pero ¿no van en los ojos? Aunque con los pepinos en la cara parece una mosca mutante. Aparte ya de todo el susto que me había pegada anteriormente con su pelo y sus mascarilla, cuando se asomó entera, se vió la sombra entre la pequeña luz de mi lamparilla que apuntaba hacia el pasillo oscuro, parecía el tipíco asesino que aparecía por detrás para matar a su víctima. Pero dió más miedo cuando empezó a gritarme que me acostara a dormir, porque eran las dos de la maldita mañana y la luz de mi lamparilla, le molestaba… demasiado exagerada, su habitación está en el fondo del pasillo y la mía al principio y mi lamparilla era tan pequeña que al escribir me estaba quedando hasta ciega.

Fue por esa razón por la que anoche dejé lo que escribía a medias. No se que se debía tanto enfado, ella me dice que soy muy aburrida, hice lo que ella quería, escribí algo que no eran deberes y aun así se enfada, no hay quien la entienda. Bueno también eran las 1:42 de la madrugada, pero no hacía ruído, bueno no demasiado. ¡ESTA BIEN! Tenía la música de mis cascos al máximo volumen. Es que no puedo evitar escuchar música, me gusta muchísimo, me gusta mucho más que estudiar. Creo que no puedo elegir canción favorita,  pero si tendría que elegir una sería, Bleeding love de Leona Lewis, es algo vieja, pero es una canción muy bonita, siempre la estoy cantando.
Bleeding love

No se porque de repente me he puesto a hablar de música y a escribir eso en grande, pero bueno. Lo que decía es que por mi madre no pude seguir escribiendo a noche, así que recapitulemos lo que iba a empezar a contar.
El otro día estaba en la cafetería del instituto, cuando me senté con Kaytlin, para almorzar. Justo paso por esa mesa Pablo, el novio de Kaytlin, uno de los populares del instituto, vino junto a Eric, Collin y Nick. A Kaytlin no le conviene para nada Pablo, puede conseguirse algo mejor, pero no soy quién para juzgar sus cosas. Que mal me caen los populares, se creen lo más y todo.

Los chicos y Kaytlin estaban hablando en un grupito, mientras yo estaba por empezar a comer y fue en ese momento que mire hacia adelante y vi a un chico sentado solo al fondo de la cafetería. ¿Llega a mitad de semestre? Un poquito tarde me parece a mí.
Estaba sentado a lo lejos, se comía una hamburguesa y una coca-cola. Oía a los chicos a mi lado hablando, son unas cotorras, pero me llamó más la atención el chico de la mesa, así que no les hice mucho casoa los de al lado. El chico nuevo por lo visto se llama Jorge, ya que antes en la taquilla, le había escuchado a Michelle decírselo a Elizabeth en el cambio de hora.

Tenía el pelo marrón despeinado, me había percatado de que se colocaba el pelo hacía atrás y un poco ladeado con la mano derecha. Tenía los ojos negros. Me pase todo el almuerzo mirándole, que casi ni comí. Deje mi croissant entero, porque cuando me di cuenta, sonó el timbre para las clases.  ¡¿TE LO PUEDES CREER?! Que no me haya podido comer mi comida, por mirar al niño ese. Me pase las tres horas siguientes muriendo de hambre, encima que tenía biología y dos horas de química.

Pues eso fue lo que me paso, que no pude comer, es una catástrofe. Encima al mirar al niño ese, no pude hacer los deberes de las primeras horas, en el almuerzo y ahora tengo que hacer una tonelada de deberes. Con el hambre que tenía, al llegar a casa, me comí dos platos de espaguetis, con muuuuuuuuuuuucho queso. Volviendo a lo anterior, tengo que hacer una tonelada de deberes y aún así, sigo aquí escribiendo sobre mi día. Me está empezando a gustar escribir de otra cosa que no sean los deberes, me gusta escribir lo que siento o lo que me ha pasado. No sé si alguien se habrá dando cuenta alguna vez en su vida, que me enrollo hablando de cualquier tema que saque o que me saquen.

Bueno, estaba diciendo que en el almuerzo miré a Jorge. Tiene las mismas clases que yo, la verdad no me esperaba que estudiara ciencias, la verdad es que tiene cara de niño pijo y al creído, los típicos chicos que no estudian, pero según el profesor, cuando lo presentó hoy en clase delante de todos, dijo que tenía un magnífico expediente. El profesor le echo una de piropos, parecía que se había enamorado de él. Jorge, sin embargo solamente sonreía y estaba un poco ruborizado. Lo tenía al lado, ya que se tuvo que sentar a mi lado en clase, porque no había más puestos libres. Pero, ¿sabes que me dijo? ...

lunes, 24 de marzo de 2014

Diario de una adolescente



                                                              Día 1



Kaytlin, mi mejor amiga, es una chica alta, muy guapa y reconocida por todos en el instituto. Es como la jefa de los populares en el instituto. La conocí en el jardín de infacia, cuando teníamos tres años, desde entonces somos amigas. Bueno, se podría decir así. Es la típica chica cuya belleza es la que atrae a los chicos. Sin embargo, por otro lado estoy yo, que solo soy la amiga de Kaytlin, así es como me llaman. Nunca se acuerdan de mi nombre, pero ¿qué les pasa?, que se olviden una vez, lo acepto, pero que no se acuerden nunca, no puede llegar a tanto ¿no?... Mi nombre tiene cuatro miserables letras, dos sílabas, es muy fácil. Soy bajita, no invisible, ¿qué le pasará a la gente de hoy en día? Puede que no sea tan guapa como las demás, ni me guste arreglarme el pelo, ni tampoco comprarme ropa a la moda, ni me guste pintarme las uñas, arreglarmelas tampoco, ni maquillarme tampoco. Es que me maquille una vez los ojos y al ponerme rimel se me hincharon los ojos, que parecía que se me salían fuera del casco y encima se me quedaron los ojos rojos y la verdad es que no se ni que parecía... luego me intente arreglar las uñas, pero finalmente me las acabo comiendo, con pintura y todo, que por cierto sabia a rayo la pintura de las uñas. Me acuerdo la vez que fui a arreglarme las uñas con mi madre, que me obligó, la chica me miraba con mala cara, era un poco desagradable, a saber que estaría pensando de mi, pero por su reacción al verme las uñas, se asustó y todo, más exagerada, ni que hubiese visto un fantasma. Volviendo al tema de que nadie se acuerda de mi nombre, me parece que lo hacen a posta. Ya se que no soy como las otras chicas, pero, ¡no es excusa para olvidarse de mi nombre!... bueno en realidad sí, porque soy de ese tipo de personas que su nota mas baja es un nueve, nunca he sacado menos. Supongo que el nombre de los frikis, no se los aprende nadie , sinceramente, yo tampoco me lo aprendería...
Mi primer día de clase ha sido exactamente como yo me esperaba... todos miraban a la nueva, que raro ¿no? Nada más aparcar mi coche en el aparcamiento del edificio de ciencias, todos miraban mi coche, intentando mirar mas allá del cristal. Al bajar del coche todos me miraban, hasta un chico que estaba de espalda me da que giro la cabeza como 180 grados sobre sí mismo, se me parecío al típico monstruo de una peli de terror, cuando gira la cabeza de forma tenebrosa. Anduve hasta el edificio, 5 metros con miles de miradas fulminandome, cómo no. Me senté en el sillón de la recepción para esperar que me dieran mis horarios de las clases. La recepcionista no puede ser mas vaga, porque le da pereza eso también, ¿tanto le cuesta buscar un papel? Finalmente lo encontró, menos mal. Al salir de la recepción.
-¡AHHHHHHHHHHHHHH!- me asusté al escuchar un grito que vino detrás de mi. - ¡No puedo creer cuánto tiempo que no te veía!- como no, Kaytlin
-Hola Kaytlin- veo que sigues tan chillona y pija como siempre.-Sí ya hace tiempo.
Me acompañó hacia mis clases, ya que eran las mismas que las mias; geniaaaal...., me senté sola, ya que todo el mundo ya estaba emparejado con alguien y así trascurrió mi día, hasta llegar a casa.
No se porque le estoy contando mi vida a una libreta estúpida, pero sin embargo me hace sentir mejor, prefiero escribir 100 páginas diciendo lo que siento, a estar hablando con personas hipócritas. Creo que debería irme a dormir ya, además que tengo sueño, mi madre me está echando la bronca porque ya son las 1:42 de la madrugada y yo estoy aqui despierta, escuchando música con los cascos y con la luz de la lamparilla encendida. No se como me voy a levantar mañana para ir al instituto, bueno tampoco es que me importe, si no voy mejor, los profesores me adoran, por mi brillante expediente, pero sin embargo la gente no tanto. Aunque Kaytlin todo el maldito día me dice que no es verdad, que si se acuerdan de mi nombre y se pone a decir que no es popular y esas cosas, para quedar bien, en fin. Debería irme a dormir, pero me he acordado de algo que me gustaría escribir. El otro día...

sábado, 8 de marzo de 2014

Lejos de todo cuanto amé
en tiempos oscuros tu no estas aquí.
tu estás tan lejos de mí
pero a la vez me siento tan cerca de ti.

Y cuando ya no puedo más,
y me siento tan sola en medio del mar,
se me acaban las fuerzas ya
y ya no puedo salir

Agarraste mi mano y tiraste de mi
quitando mis penas y sanando mi dolor
curando mis heridas,
haces que todo vuelva en si
y mi vida tenga sentido.

Cuando llega la noche sé
que no encuentro la salida
estoy tan perdida y no se que hacer

Entonces tu,
llegaste a mi vida, tu
supiste guiarme
y calmarme, tu
te hiciste irremplazable para mi.

Y solo te doy las gracias
por ayudarme a seguir
a conseguir
confiar en mi
y hacer
que no me pinte sonrisas.

Quién dice que el amor, no existe
este sentimiento tan puro
que yo siento en mi
hacia ella,
mi mejor amiga