Día 2
No
sabeís el susto que me pegué anoche.
Mi
madre apareció de repente en mi habitación, para decirme que me acostara de una
vez. Entonces para decirme eso, asomó su cabeza por la puerta y en el momento
que la ví, pegué un brinco. Menudo susto me pegó madre mía y no fue porque no
me esperaba que se asomase por mi habitación.
Mi
susto fue debido a sus pelos engrifados. Le salían, uno de cada
extremo de la cabeza, como si fueran dos pinchos. Eso era lo menos terrorífico,
comparando el resto, ya que en ese momento su pelo estaba mucho mas
rizado de lo normal, parecía una bola de pelusa. Pero te diré que eso no fue
lo que más me asustó, aunque parezca mentira. Su cara fue lo que más miedo me
dio, ya que tenía un tipo de mascarilla para la cara de color verde moco; según
ella dice que la hace más joven, pero mi madre se cree todo lo que echan en las
teletiendas. Bueno, dejemos esta última parte. A parte de su mascarilla tan
horrible que llevaba por toda la cara, tenía dos rodajas de pepinos pegadas al pijama,
¿qué narices hacía las rodajas en el pijama? No es que me suela arreglar
como dije anteriormente, pero ¿no van en los ojos? Aunque con los pepinos en la
cara parece una mosca mutante. Aparte ya de todo el susto que me había pegada
anteriormente con su pelo y sus mascarilla, cuando se asomó entera, se vió la
sombra entre la pequeña luz de mi lamparilla que apuntaba hacia el pasillo
oscuro, parecía el tipíco asesino que aparecía por detrás para matar a su
víctima. Pero dió más miedo cuando empezó a gritarme que me acostara a dormir,
porque eran las dos de la maldita mañana y la luz de mi lamparilla, le
molestaba… demasiado exagerada, su habitación está en el fondo del pasillo y la
mía al principio y mi lamparilla era tan pequeña que al escribir me estaba
quedando hasta ciega.
Fue
por esa razón por la que anoche dejé lo que escribía a medias. No se que se
debía tanto enfado, ella me dice que soy muy aburrida, hice lo que ella quería,
escribí algo que no eran deberes y aun así se enfada, no hay quien la entienda.
Bueno también eran las 1:42 de la madrugada, pero no hacía ruído, bueno no
demasiado. ¡ESTA BIEN! Tenía la música de mis cascos al máximo volumen. Es que
no puedo evitar escuchar música, me gusta muchísimo, me gusta mucho más que
estudiar. Creo que no puedo elegir canción favorita, pero si tendría que elegir una sería, Bleeding
love de Leona Lewis, es algo vieja, pero es una canción muy bonita, siempre la
estoy cantando.
Bleeding love ❤
No se porque de repente me he puesto
a hablar de música y a escribir eso en grande, pero bueno. Lo que decía es que
por mi madre no pude seguir escribiendo a noche, así que recapitulemos lo que
iba a empezar a contar.
El otro día estaba en la cafetería
del instituto, cuando me senté con Kaytlin, para almorzar. Justo paso por esa
mesa Pablo, el novio de Kaytlin, uno de los populares del instituto, vino junto
a Eric, Collin y Nick. A Kaytlin no le conviene para nada Pablo, puede
conseguirse algo mejor, pero no soy quién para juzgar sus cosas. Que mal me
caen los populares, se creen lo más y todo.
Los chicos y Kaytlin estaban
hablando en un grupito, mientras yo estaba por empezar a comer y fue en ese
momento que mire hacia adelante y vi a un chico sentado solo al
fondo de la cafetería. ¿Llega a mitad de semestre? Un poquito tarde me parece
a mí.
Estaba sentado a lo lejos, se comía
una hamburguesa y una coca-cola. Oía a los chicos a mi lado hablando, son unas
cotorras, pero me llamó más la atención el chico de la mesa, así que no les
hice mucho casoa los de al lado. El chico nuevo por lo visto se llama Jorge,
ya que antes en la taquilla, le había escuchado a Michelle decírselo a
Elizabeth en el cambio de hora.
Tenía el pelo marrón despeinado, me
había percatado de que se colocaba el pelo hacía atrás y un poco ladeado con la
mano derecha. Tenía los ojos negros. Me pase todo el almuerzo mirándole, que
casi ni comí. Deje mi croissant entero, porque cuando me di cuenta, sonó el
timbre para las clases. ¡¿TE LO PUEDES
CREER?! Que no me haya podido comer mi comida, por mirar al niño ese. Me pase
las tres horas siguientes muriendo de hambre, encima que tenía biología y dos
horas de química.
Pues eso fue lo que me paso, que no
pude comer, es una catástrofe. Encima al mirar al niño ese, no pude hacer los
deberes de las primeras horas, en el almuerzo y ahora tengo que hacer una
tonelada de deberes. Con el hambre que tenía, al llegar a casa, me comí dos
platos de espaguetis, con muuuuuuuuuuuucho queso. Volviendo a lo anterior,
tengo que hacer una tonelada de deberes y aún así, sigo aquí escribiendo sobre
mi día. Me está empezando a gustar escribir de otra cosa que no sean los
deberes, me gusta escribir lo que siento o lo que me ha pasado. No sé si
alguien se habrá dando cuenta alguna vez en su vida, que me enrollo hablando de
cualquier tema que saque o que me saquen.
Bueno, estaba diciendo que en el
almuerzo miré a Jorge. Tiene las mismas clases que yo, la verdad no me esperaba
que estudiara ciencias, la verdad es que tiene cara de niño pijo y al creído,
los típicos chicos que no estudian, pero según el profesor, cuando lo presentó
hoy en clase delante de todos, dijo que tenía un magnífico expediente. El
profesor le echo una de piropos, parecía que se había enamorado de él. Jorge,
sin embargo solamente sonreía y estaba un poco ruborizado. Lo tenía al lado, ya
que se tuvo que sentar a mi lado en clase, porque no había más puestos libres. Pero,
¿sabes que me dijo? ...