Día 8
Fue
un beso muy dulce y lento al principio y luego fue un beso más apasionado, como
de desesperación, como si él lo hubiese deseado de hace mucho tiempo.
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-¿Estás
bien?- dijo.
-Si
estoy bien-respiré hondo y él se rió.
-No
soy muy bueno expresando esto con palabras, siento…
-No
podrías haberlo expresado mejor- le interrumpí mientras dejaba caer mis brazos desde su cuello deshaciendo el abrazo,
pero él no me soltó.
-Me
tengo que ir- quitó sus manos de mi cintura, desganado, ya que no quería irse- ya es tarde- le entiendo, yo tampoco quería moverme de allí.
-Sí-
no quería que él se fuera.
-No
te angusties- me acarició la mejilla- te veré mañana.
-Adiós-le
sonreí y me besó en la frente.
-Te
quiero- dijo.
Se
dio la vuelta y se fue.
Sonreí
como una tonta al escuchar el te quiero, estaba tan contenta.
Entré a mi casa
con una sonrisa de oreja a oreja, estaba tan feliz aunque tenía que disimular
un poco delante de mis padres, no tenía porque levantarles sospechas.
-Hola-
dije- ya he llegado.
-Hola
Leah-me saludó mi madre, mi padre estaba viendo la televisión- ¿lo has pasado
bien?
-Sí,
lo he pasado genial.
-Me
alegro mucho- continuó- te he dejado un poco de lasaña en la encimera, caliéntala
y come algo.
-Gracias
mamá.
Ella
y mi padre se fueron a dormir y yo subí a mi habitación a dejas mis cosas y me
di cuenta de que me camiseta olía como Jorge, a ese perfume que se echa todos los días. ‘’Creo que no la
lavaré jamás’’ pensé.
Me
duché y me puse el pijama para bajar a cenar, intenté no hacer mucho ruido para
no molestar a nadie, cerré la puerta de la cocina para calentarme la lasaña en
el microondas. Mientras se calentaba, saqué un zumo cualquiera de la nevera y
cogí los cubiertos del primer cajón de la encimera y los puse en la mesa, me
senté porque le faltaba un poco a mi comida, tenía hambre, a ver si se
calentaba ya.
Pensé
en lo que acababa de pasar y todavía no era consciente del beso, como si no hubiese sido real y solo me lo hubiera
imaginado. Es que fue tan perfecto, debajo de la luz de la luna como en las
películas y él era también más perfecto aún…
¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡TINNNNNNNNNNNNNNNNNN!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
Pegué un brinco en la silla,
tremendo susto me pegó el microondas de las narices. Sin más rodeos,
saqué mi plato y comí en silencio mientras miraba el reloj, las 23:07… ¿qué
estará haciendo Jorge ahora mismo?
Ahora
que me doy cuenta, me parezco a las chicas enamoradas de las películas que están pensando en su chico todo el rato. Cuando les veía me
parecía absurdo y resulta que me he convertido en una de ellas. Parezco tonta
pero me gusta sentirme así no sé por qué, es una sensación rara pero me hace
sentir feliz y eso es lo que importa ¿no?
Terminé
de comer y fregué los platos antes de subir a mi habitación. Luego preparé mi
cama para acomodarme en ella mientras me
entraba el sueño, me pareció un buen momento para escuchar algo de música, así
que cogí mi móvil y me di cuenta de que tenía un mensaje.
¿Será
Jorge? Espero que sí. Miré el móvil con esperanzas de que fuese él y sonriendo de
manera idiota, pero no era Jorge, era Kaytlin.
‘’Pues
tía que bien disimulas que no te gusta Jorge. El caso es que volvía a tu casa
para devolverte la chaqueta que te dejaste en mi coche y te vi algo ocupada.
Menudo beso que le diste querida, ¿necesitas una bombona de oxígeno o ya estas
recuperada? Ya sabes que te mataré por mentirme. ’’
Tendría
que haber supuesto que alguien nos podría ver, pero bueno…
Le
contesté a Kaytlin que ya hablaríamos en persona
Antes
de quedarme dormida me sonó el teléfono, ¿por qué narices no lo habré puesto en
silencio? No quería hablar con Kaytlin de aquel tema por el móvil. Odio hablar
por teléfono, mientras más corta sea la conversación mejor y además me estaba
muriendo de sueño ya. Miré a ver que me había dicho Kaytlin pero me llevé una
sorpresa… no era ella.
Nuevo
mensaje de Jorge- leí
‘’Gracias
por esta noche inolvidable aunque durara poco, descansa.
Te
quiero Leah. ‘’
Es
muy cursi, pero me sonrojé igual y me dormí con una sonrisa de oreja a oreja.