Día 10
Había pasado unos meses después de la muerte de mi madre. Yo nunca antes había hablado sobre mis padres en este diario si no sobre Jorge y mis amigos. La muerte de mi madre me cogió completamente por sorpresa y me afectó demasiado, más de lo que yo nunca hubiese creído. Al parecer desde un tiempo atrás empezó a padecer una especie de enfermedad de la cual yo no había sido enterada y me dolió que mis padres no me hubiesen tenido el valor de contármelo, de confiar en mí. Prefirieron ocultármelo para sentirme dolida, más que traicionada y muy vacía.
En casa ahora éramos mi papá llamado Leo y yo, al menos de lo que pertenecíamos a la familia. Aparte vivíamos con una criada que papá había contratado para que se encargara de las tareas de la casa. También nos acompañaba un hombre de estatura media, con el pelo negro repeinado hacia detrás y unas gafas redondas. Era el empresario de papá. Mi padre, ahora es un hombre de negocios multimillonario-en su trabajo no le había ido nada mal- pero era obvio que desde que murió mamá lo único que hacía es centrarse en su trabajo, para olvidar el dolor que le producía. Es verdad que ahora no me falta nada de nada, pero tampoco es que me importe. El dinero no trae la felicidad.
-Cariño-alcé la cabeza.
Era la criada, que me observaba con un rostro preocupado.
-¿Te encuentras bien cielo?-preguntó-llevas mirando ese jarrón casi una hora. Ni si quiera te mueves.
No me había fijado que llevaba tanto tiempo absorta en mis pensamientos y encima con la mirada perdida a ese jarrón tan espantoso. Últimamente me había vuelto tremendamente despistada.
-¿Leah?-dijo Elena, así era su nombre.
-Sí, estoy bien, sólo pensaba.
-Bueno…
-dejó la frase a medias, parecía estar preocupada- he hecho tarta de manzana,
sé que es tu preferida y quería subirte un poco el ánimo- Elena era muy tímida,
pero era una gran persona.
Le
sonreí y ella suspiró aliviada.
-Gracias,
por preocuparte tanto por mí- paré un momento-y sí, amo la tarta de manzana,
así que vamos a comernos un pedazo las dos, ¿te parece?- me levanté animada y
le ofrecí mi mano.
Elena
asintió con la cabeza y rápidamente me cogió de la mano y la arrastré conmigo
en dirección a la cocina. Era increíble como Elena se daba cuenta de lo sola
que me sentía desde aquel día, ya que como dije anteriormente mi padre se
profundizaba en su trabajo todo el día. No sé por qué eso le hacía sentir mejor
y olvidar el dolor, pero yo no quería que sufriera así que simplemente me
limitaba a hacer mis cosas y a quedarme callada. Perder a mamá le dolió igual o
mucho más que a mí. Al menos él era valiente y salía todos los días adelante de
aquella forma, yo sin embargo me ahogaba en lágrimas todas las noches. Mi padre
tenía una especie de cuarto viejo-que no usábamos para nada en casa- donde
guardaba todas sus cosas. Me encanta entrar y pasar las horas rodeadas de sus
cosas, me hacía sentir como si estuviese a su lado. Elena conseguía ocupar ese
lugar tan vacío en mi corazón, sanaba el dolor de mi pecho. La tarta de manzana
que preparaba era igualita a la de mamá.
Llevábamos
un rato en silencio comiendo y ella habló.
-Leah,
sé por lo que estas pasando con lo de tu madre-agaché la cabeza, los ojos se me
inundaron en lágrimas y yo no quería me viera así- solo quería decirte que yo
estaré para lo que necesites. No pretendo ocupar el lugar de tu madre ni mucho
menos, solo quiero que sepas que no estás sola, saldrás de esta y te ayudaré.
Te daré un consejo: refúgiate en las personas que te quieren. No estás sola.
Levanté
la mirada y no pude evitar sonreír.
-Eres
muy bonita cuando sonríes, ¿sabes?
Me
levanté y la abracé.
-Gracias-
me sequé la cara llena de lágrimas-gracias de verdad.
-No
me tienes que agradecer nada-dijo mientras sujetaba el rostro con su manos que
eran muy suaves-tengo que volver al trabajo, ya sabes
-Está
bien-reí y la dejé ir.
No
quería que se fuera.
-Para
lo que necesites- se paró en la puerta de la cocina antes de salir- sabes donde
vivo-solté una carcajada y me guiñó un ojo.
Gracias
a ella me sentía mejor.
El
teléfono sonó y me sobresalté. Agarré mi móvil… Jorge.
-Jorge
¿qué pasa?
-Solo
quería ver cómo estabas- dijo
-Bien-mentí.
-Mientes
fatal- dijo indignado, odiaba que le mintiera- quería preguntarte si
tenías algo que hacer como en una hora.
-No,
¿por qué?- dije intrigada.
-Quiero
presentarte a alguien.
-Bueno
vale- miré el reloj- nos vemos en una hora.
-Vale,
te paso a buscar después. Te quiero.
-Y
yo.
¡¿COMOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO?! ¡¿QUE SE MURIÓ LA MAMÁ?! ¡¿LA DE LOS PEPINOS EN LA CARA?! PERO POR QUEEEEE?!!!! Si me caía genial, un poco rara, pero geniaaaaal.
ResponderEliminarP-O-S M-E M-A-T-O.
¿Y a quién le va a presentar Jorge? ¿No será una novieta ahí nooooo??
Me encantó nani, a ver si publicas el siguiente día pronto (te molestaré hasta que lo hagas jejejejej(risa malvada))
JAJAJAJAJAAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJ la de los pepinos en la cara dice.
ResponderEliminarYa lo verás jejejejejje y si me sigues atosigando así acabaré escribiendo 100 días ¬¬
Te quiero jeje
100 días!!!!!!??????? Entonces te atosigaré LA VIDA ENTERAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA WUAJAJAAJQUAJAJAJAJAJAJAJJAJA (risa aún más malvada que antes )
EliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
EliminarPOS ME MATO
EliminarPero bueno, ¿que pasó aquí? ¿Me he perdido algún capítulo o qué? ¿Pero su mamá no estaba viva? No entiendo nada...
ResponderEliminar¿Y Jorge... a quien le va a presentar? ¿El tercero en discordia? Espera... ¿al padre? Pues que rápido jajajaja jajaja
Nani, por favor, ten piedad de mí. .. no tardes mucho. Quiero maaaaas jijiji
Muchos besitos ;-)
Jajajjajajajajjajajajjajja, pronto publicaré el otro
EliminarBesitos :)