Acto de presencia.

Caminaba buscando una razón, una razón de porque te quiero. Es que yo solía pensar que tú, solo eras un chico como otro cualquiera. Uno entre millones. No se si fue por la forma que te comportastes al intentar ser mi amigo o al hablarme de esa forma tan encantadora la primera vez. Siempre intentastes hacer acto de presencia en mi vida. Me hablabas a todas horas, te reías cada minuto y estabas conmigo cada segundo. Te sentabas delante de mí, y me mirabas con esos ojos que nadie tiene en este mundo. Dibujabas mi nombre en un papel, me llamabas como motes y me decías que no me ibas a olvidar, que yo era una de tus mejores amigos. También en esos momentos que venías y me decías que estabas enfadado, que estabas triste y no tenías ganas de sonreír, yo intentaba sacarte esa sonrisa que tanto deslumbra y tú me decías que mientras yo estuviera en tu vida, siempre sería feliz. Te hicistes notar entre miles de personas en mi vida, eres la que más destaco, la que más me llamo la atención. Me hicistes feliz y esa fue la razón, del te quiero, de la sonrisa de corazón que solo tú logras sacarme.